lunes, 26 de julio de 2010

Saudade: Ese viejo dolor

Se fue en busca de un lugar con internet.  Ya era tarde,pero quería mandar algunos correos.  El verano de su ciudad estaba perfecto:  la noche era fresca,casi fría.  Poca gente en las calles. Encontró un sitio.  Ahí estaba él. Ahí, en ese mundo virtual, el único mundo en el que encontrarlo era posible.  -El internet fue creado para mí-, pensó. 

Ese viejo dolor retornó al encontrar su mensaje.  "Saudade", dolor, alegría, nostalgia.  La pena de lo que solo pudo ser en un instante, tan lejano, como sus juventudes juntas, dolor tan viejo como sus fotos.  Tristeza y alegría.

Contestó el e-mail con las palabras que él esperaba.  Palabras que no pedían nada, o que, por lo menos no exigían nada.  Palabras cariñosas, neutras nunca.  Palabras seguras. Palabras sin esperanza.

No importaba, él ya sabía que siempre al contestar, sin importar lo que escribiera, ella le diría lo mismo:  Te amo, te amo, te extraño, te extraño, te extraño, te extraño, te amo.

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