lunes, 4 de octubre de 2010

El día de San Francisco

Cuando teníamos la alegría, el candor, los sueños enteros.  Cuando trabajábamos en dólares y ganábamos en sucres.  Cuando éramos tan puras como la miel de abejas, como el mar en agosto. Había un lugar llamado San Francisco, te acuerdas?  Era inmenso, sin muros de ladrillos, eran los árboles, el mar, las nubes los límites de las ilusiones.  Haríamos una fiesta cada cuatro de octubre, para celebrar la vida, al hermano sol, a la hermana luna, al hermano almendro, la hermana hormiga, los hermanos perros.

Ah!, viejo fetiche.  Con música de fondo de Mercedes, de Bosé, de Enya.

Cómo se retoman los sueños y se llenan las casas de encuentro de personas?  Cuánto cuestan las paredes, los terrenos, los discos, las capillas, las tazas blancas y las sabanas iguales para las cien camas que tendría nuestro sueño?

Celebremos ahora, que es cuatro de octubre, como si ya todo fuera un hecho.  Celebremos a los animales, a Francisco y a Mercedes.  Y con un café, que solo yo tolero.

jueves, 5 de agosto de 2010

Ausencias

Aunque hace tiempo que dejé de pensar en tí, me recuerdo a veces de mí misma cuando viví contigo.  Me recuerdo a mì misma en La Paz, caminando sóla a las once de la noche con un frìo que me desgarraba, volviendo del trabajo.  Me recuerdo cocinando, escribiendo, cuidando a mi hija. Me recuerdo observando la lluvia bajar por nuestra calle empinada, o la sorpresa tibia de las nevadas en el patio.

Me recuerdo con los compañeros del trabajo celebrando algo.  Me recuerdo conversando con los amigos y hablando de cosas serias y tontas con las amigas.

Me recuerdo volviendo de la Universidad, cargada de libros, en San José.  Sola.

No sabía dónde estabas, no pensaba en ello.

Me recuerdo navegando por el Titicaca, báñándome en el Caribe de Puerto Viejo.  Sé que fuimos juntos, pero no te recuerdo.

No estás en mis recuerdos.  No lo entiendo.

Creo que, aunque fui a vivir tan lejos porque el engaño del enemoramiento me hizo perder cualquier sentido de la lógica, nunca viví contigo.

Nunca.  Estás ausente en mis recuerdos porque nunca estuviste presente.  Fue como una misa de requiem:  De cuerpo presente.  Tu alma, tu ajayu, tu vida nunca estuvo junto a la mía.
Cuando nuestra hija me pide algo que no puedo darle, cosas sencillas o complicadas, y yo tengo que ver qué invento, te recuerdo. Recuerdo tu ausencia, la de siempre.

Me recuerdo mirando el Illimani cada día.

lunes, 26 de julio de 2010

Saudade: Ese viejo dolor

Se fue en busca de un lugar con internet.  Ya era tarde,pero quería mandar algunos correos.  El verano de su ciudad estaba perfecto:  la noche era fresca,casi fría.  Poca gente en las calles. Encontró un sitio.  Ahí estaba él. Ahí, en ese mundo virtual, el único mundo en el que encontrarlo era posible.  -El internet fue creado para mí-, pensó. 

Ese viejo dolor retornó al encontrar su mensaje.  "Saudade", dolor, alegría, nostalgia.  La pena de lo que solo pudo ser en un instante, tan lejano, como sus juventudes juntas, dolor tan viejo como sus fotos.  Tristeza y alegría.

Contestó el e-mail con las palabras que él esperaba.  Palabras que no pedían nada, o que, por lo menos no exigían nada.  Palabras cariñosas, neutras nunca.  Palabras seguras. Palabras sin esperanza.

No importaba, él ya sabía que siempre al contestar, sin importar lo que escribiera, ella le diría lo mismo:  Te amo, te amo, te extraño, te extraño, te extraño, te extraño, te amo.

sábado, 26 de junio de 2010

Reflexión de una desempleada.

  • Los desempleados comprendemos a otros desempleados.
  • Los desempleados somos empáticos con los empleados, sabemos cuánto sufren por no estar como nosotros.
  • Las desempleadas, las mujeres (sobre todos si el padre de nuestros hijos "encontró alguien que lo comprenda" y solo manda, en el mejor de los casos, algo para los estudios), nosotras somos capaces de hacer cualquier cosa, con tal de sacar adelante a nuestros hijos. Cualquier cosa.  Jamás le diremos a nuestros hijos "No tengo empleo, no hay dinero".
  • Las desempleadas, somos creativas.
  • Las desempleadas, luego de ir a la cita de empleo número 80ta, podemos quedarnos un ratito en el centro de Guayaquil, y ver el Malecón desolado, hermoso y dispuesto.
  • Las desempleadas podemos ir a talleres de museología. (Entrada libre).
  • Las desempleadas tenemos tiempo para escribir. Y pensar en nuestros procesos vitales.
  • Las desempleadas somos, tenemos que ser optimistas. 
  • Ya vendrá algo bueno, eso nos dicen todas nuestras amigas.

lunes, 31 de mayo de 2010

Gracias a Dios no tengo empleo fijo

Durante este desempleo
1.- Aprendí a hacer un títere básico.
2.- Aprendí a saber quiénes son amigos y quiénes no saben si lo son.
3.- Aprendí a usar varios programas nuevos de computación.
4.- Hice un breve coro, grabado, en una hermosa canción.
5.- Ví  a Sabina en Quito.
6.- Fui a Quito.
7.- Me encontré con cientos de niños en los talleres de arte a los que me invitaron a colaborar.

Gracias a Dios no tengo empleo "fijo" este año.

jueves, 13 de mayo de 2010

No estoy desesperada sino esperando.

Un día más sin empleo. 

Reflexión de hoy:  No importa cuántas maestrías, experiencia, recomendaciones, cuánto te quieran tus compañeros de trabajo o si sientes o no pasión por lo que haces: SI LE CAES MAL A TU JEFE, TE QUEDAS SIN TRABAJO.